En una noche en noviembre de 2014, Madonna se sentó con su amigo, el artista de performance, mago, tahúr, y el talento inclasificable David Blaine en Nueva York para hablar sobre el poder del silencio, la necesidad del fracaso y de escuchar la palabra no.
David Blaine: He traído un montón de cartas con preguntas que creo que son muy divertidas, así que las tendremos como plan B.
Madonna: ¿Plan B o quieres que escoja una ahora?
David Blaine: Elige una. Pero no quiero que te vayas a por la carta más obvia, la que sobresale más que las otras.
Madonna: No soy esa clase de persona. Nunca elijo lo obvio. [Coge una carta]
David Blaine: Entonces, ¿debería leértela?
Madonna: Si. No puedo leer tu mala letra.
David Blaine: Ésta es buena. Estuve dentro de una caja durante 44 días en total aislamiento. Fue un encierro incomunicado autoimpuesto. Pero… quiero que cierres los ojos. ¿Puedes imaginar lo que realmente se siente al estar completamente aislado, sólo contigo mismo sin nadie con quien hablar?
Madonna: ¿Durante 44 días?
David Blaine: Por un día. ¿Lo has hecho alguna vez?
Madonna: No.
David Blaine: Vale, piénsalo. ¿Cómo sería?
Madonna: Lo disfrutaría bastante en este momento de mi vida.
Madonna: ¿Plan B o quieres que escoja una ahora?
David Blaine: Elige una. Pero no quiero que te vayas a por la carta más obvia, la que sobresale más que las otras.
Madonna: No soy esa clase de persona. Nunca elijo lo obvio. [Coge una carta]
David Blaine: Entonces, ¿debería leértela?
Madonna: Si. No puedo leer tu mala letra.
David Blaine: Ésta es buena. Estuve dentro de una caja durante 44 días en total aislamiento. Fue un encierro incomunicado autoimpuesto. Pero… quiero que cierres los ojos. ¿Puedes imaginar lo que realmente se siente al estar completamente aislado, sólo contigo mismo sin nadie con quien hablar?
Madonna: ¿Durante 44 días?
David Blaine: Por un día. ¿Lo has hecho alguna vez?
Madonna: No.
David Blaine: Vale, piénsalo. ¿Cómo sería?
Madonna: Lo disfrutaría bastante en este momento de mi vida.
David Blaine: Mantén los ojos cerrados.
Madonna: Vale. Lo siento. Creo que lo disfrutaría bastante, quietud y tranquilidad, porque siento que la gente siempre está hablándome a mí, preguntando cosas, interrogándome, queriendo información, trabajo, música, ruidos fuertes, los niños — es interminable. Así que la idea de todo un día de silencio me suena muy seductora.
David Blaine: ¿De qué crees que se llenaría tu cerebro?
Madonna: De ideas. [Ambos se ríen]
David Blaine: De ideas. Puedes hacerlo aun teniendo ruido de fondo.
Madonna: Claro que sí, pero cuando regreso a casa del estudio, sólo quiero silencio. No quiero hablar con nadie. No quiero responder ninguna pregunta.
David Blaine: Es importante encontrarlo de vez en cuando.
Madonna: He comenzado a practicar yoga de nuevo, lo que no había hecho en muchísimos años. Ahora estoy acostumbrada a hacer ejercicio con música muy alta, y cuando haces yoga, sólo oyes tu respiración, y encuentro que es algo tremendamente… ¿Cuál es la palabra? No es enriquecedor, sino…
David Blaine: Catártico
Madonna: Es catártico, por supuesto. Pero, no, que me llena. Me gusta la idea de ir a uno de esos retiros donde no se habla, se está en silencio durante cinco días. No sé si yo podría hacer eso en este momento con los niños pequeños.
David Blaine: Al igual que lo que hacen los monjes. De hecho, creo que todos los monjes y santos, en ese nivel extremo de privación…
Madonna: Es esencial…
David Blaine: No, yo creo que es casi egoísta.
Madonna: No es egoísta si te hace mejor persona.
Madonna: Vale. Lo siento. Creo que lo disfrutaría bastante, quietud y tranquilidad, porque siento que la gente siempre está hablándome a mí, preguntando cosas, interrogándome, queriendo información, trabajo, música, ruidos fuertes, los niños — es interminable. Así que la idea de todo un día de silencio me suena muy seductora.
David Blaine: ¿De qué crees que se llenaría tu cerebro?
Madonna: De ideas. [Ambos se ríen]
David Blaine: De ideas. Puedes hacerlo aun teniendo ruido de fondo.
Madonna: Claro que sí, pero cuando regreso a casa del estudio, sólo quiero silencio. No quiero hablar con nadie. No quiero responder ninguna pregunta.
David Blaine: Es importante encontrarlo de vez en cuando.
Madonna: He comenzado a practicar yoga de nuevo, lo que no había hecho en muchísimos años. Ahora estoy acostumbrada a hacer ejercicio con música muy alta, y cuando haces yoga, sólo oyes tu respiración, y encuentro que es algo tremendamente… ¿Cuál es la palabra? No es enriquecedor, sino…
David Blaine: Catártico
Madonna: Es catártico, por supuesto. Pero, no, que me llena. Me gusta la idea de ir a uno de esos retiros donde no se habla, se está en silencio durante cinco días. No sé si yo podría hacer eso en este momento con los niños pequeños.
David Blaine: Al igual que lo que hacen los monjes. De hecho, creo que todos los monjes y santos, en ese nivel extremo de privación…
Madonna: Es esencial…
David Blaine: No, yo creo que es casi egoísta.
Madonna: No es egoísta si te hace mejor persona.
David Blaine: Cuando hago esas cosas, me hace ser mejor persona, durante ese momento, pero cuando salgo, soy como un animal.
Madonna: Pero eres un cerdo egoísta de todos modos — esa es otra historia. [Blaine se ríe] No estás enchufado a la matriz. Bueno, déjame arreglar las cartas, porque tengo un trastorno obsesivo-compulsivo.
David Blaine: [Risas] Espera. Vamos a ir más lejos. Una vez más, simplemente cierra los ojos. De acuerdo, no mires a escondidas. Estás en esta silla, en esta sala, pero no te puedes alejar de esta mesa. Puedes tumbarte si te sientes incómoda. Puedes levantarte, estirarte, lo que quieras. Pero estás completamente sola. No hay nadie para interrumpir, nadie con quien hablar. ¿Qué aprendes? ¿Te rindes? ¿Te enloquece la situación? ¿Qué sientes?
Madonna: ¿Durante cuánto tiempo?
David Blaine: Vas a estar aquí un día completo. Yo he estado 44 días, así que uno es poco.
Madonna: Creo que el silencio se portaría bien conmigo, y el no interactuar con la gente sería genial. Pero no poder salir de este espacio sería duro. No poder caminar – por la relajación de mi cuerpo, físicamente – sería un gran reto.
David Blaine: ¿Hablarías contigo misma? ¿Cantarías?
Madonna: Cantaría.
David Blaine: ¿Qué cantarías?
Madonna: No lo sé. Depende de lo que estuviese ocurriendo en mi vida, en ese momento. ¿Una canción de Sabbat? [Ambos se ríen] “Shalom Aleichem.” Es viernes por la noche, así que…
David Blaine: ¿Recuerdas cuál fue tu primera canción favorita de tu infancia? Sólo por curiosidad.
Madonna: Sí. Pero no recuerdo el título.
David Blaine: ¿Cómo es?
Madonna: ¿Quieres que te la cante?
David Blaine: ¡Por supuesto! ¿Estás loca?
Madonna: ¿Esto es parte de la entrevista?
David Blaine: ¡Esto es la mejor parte!
Madonna: ¿Puedo abrir mis ojos?
David Blaine: No.
Madonna: Pero eres un cerdo egoísta de todos modos — esa es otra historia. [Blaine se ríe] No estás enchufado a la matriz. Bueno, déjame arreglar las cartas, porque tengo un trastorno obsesivo-compulsivo.
David Blaine: [Risas] Espera. Vamos a ir más lejos. Una vez más, simplemente cierra los ojos. De acuerdo, no mires a escondidas. Estás en esta silla, en esta sala, pero no te puedes alejar de esta mesa. Puedes tumbarte si te sientes incómoda. Puedes levantarte, estirarte, lo que quieras. Pero estás completamente sola. No hay nadie para interrumpir, nadie con quien hablar. ¿Qué aprendes? ¿Te rindes? ¿Te enloquece la situación? ¿Qué sientes?
Madonna: ¿Durante cuánto tiempo?
David Blaine: Vas a estar aquí un día completo. Yo he estado 44 días, así que uno es poco.
Madonna: Creo que el silencio se portaría bien conmigo, y el no interactuar con la gente sería genial. Pero no poder salir de este espacio sería duro. No poder caminar – por la relajación de mi cuerpo, físicamente – sería un gran reto.
David Blaine: ¿Hablarías contigo misma? ¿Cantarías?
Madonna: Cantaría.
David Blaine: ¿Qué cantarías?
Madonna: No lo sé. Depende de lo que estuviese ocurriendo en mi vida, en ese momento. ¿Una canción de Sabbat? [Ambos se ríen] “Shalom Aleichem.” Es viernes por la noche, así que…
David Blaine: ¿Recuerdas cuál fue tu primera canción favorita de tu infancia? Sólo por curiosidad.
Madonna: Sí. Pero no recuerdo el título.
David Blaine: ¿Cómo es?
Madonna: ¿Quieres que te la cante?
David Blaine: ¡Por supuesto! ¿Estás loca?
Madonna: ¿Esto es parte de la entrevista?
David Blaine: ¡Esto es la mejor parte!
Madonna: ¿Puedo abrir mis ojos?
David Blaine: No.
Madonna: Vaya por Dios. Así que esto también incluye privación visual. Bueno. [Cantando] Conozco un lugar donde nadie va nunca / Hay paz y tranquilidad, belleza y reposo / Está escondido en un valle, detrás del arroyo de una montaña / y tendido junto a la corriente me parece que puedo soñar / Sólo con cosas, con belleza para los ojos, copos de nieve y montañas que sobrepasan el cielo / Ahora sé que Dios hizo este mundo para mí.
David Blaine: Es preciosa. ¡Guau! ¿Qué edad tenías cuando oíste esa canción?
Madonna: Mi madre me la cantaba cuando yo tenía 4 años. Mis hijos la saben también.
David Blaine: De acuerdo, puedes abrir los ojos. Gracias.
Madonna: De nada.
David Blaine: Conociste a un montón de artistas increíbles en tus primeros años en Nueva York. ¿Qué artistas de hoy esperas que inspiren a tus hijos?
Madonna: Bueno, todos esos artistas están muertos.
David Blaine: ¿De los artistas que están vivos y conoces – quiénes esperas que inspiren a los niños en el futuro?
Madonna: Me gusta Banksy. Creo que es inspirador y habla de lo que está pasando en el mundo, socialmente hablando. Me gusta JR. Al igual que [Jean-Michel] Basquiat y Keith Haring, los cuales empezaros como grafiteros — su arte está en la calle, disponible para que cualquiera lo pueda ver. No es elitista. Puedes ver el trabajo de Banksy mientras pasas conduciendo por al lado en la calle, y el trabajo de JR — la forma en la que hace fotos de la gente y los convierte en héroes en sus comunidades y hace que la gente esté orgullosa de lo que son. Mi hijo está practicando con JR actualmente y eso es una gran educación para él.
David Blaine: En las cartas, hay una pregunta hecha directamente por JR. Pero no vas a sacarla ahora. Debería haberte forzado en esa dirección. Pero bueno, está bien.
Madonna: [Risas] Eres la persona más neurótica que jamás me ha hecho una entrevista.
David Blaine: [Risas] ¿Qué escena de película ves una y otra vez en tu mente? Por ejemplo, yo veo a Daniel Day-Lewis en Pozos de Ambición [2007] una y otra vez.
David Blaine: Es preciosa. ¡Guau! ¿Qué edad tenías cuando oíste esa canción?
Madonna: Mi madre me la cantaba cuando yo tenía 4 años. Mis hijos la saben también.
David Blaine: De acuerdo, puedes abrir los ojos. Gracias.
Madonna: De nada.
David Blaine: Conociste a un montón de artistas increíbles en tus primeros años en Nueva York. ¿Qué artistas de hoy esperas que inspiren a tus hijos?
Madonna: Bueno, todos esos artistas están muertos.
David Blaine: ¿De los artistas que están vivos y conoces – quiénes esperas que inspiren a los niños en el futuro?
Madonna: Me gusta Banksy. Creo que es inspirador y habla de lo que está pasando en el mundo, socialmente hablando. Me gusta JR. Al igual que [Jean-Michel] Basquiat y Keith Haring, los cuales empezaros como grafiteros — su arte está en la calle, disponible para que cualquiera lo pueda ver. No es elitista. Puedes ver el trabajo de Banksy mientras pasas conduciendo por al lado en la calle, y el trabajo de JR — la forma en la que hace fotos de la gente y los convierte en héroes en sus comunidades y hace que la gente esté orgullosa de lo que son. Mi hijo está practicando con JR actualmente y eso es una gran educación para él.
David Blaine: En las cartas, hay una pregunta hecha directamente por JR. Pero no vas a sacarla ahora. Debería haberte forzado en esa dirección. Pero bueno, está bien.
Madonna: [Risas] Eres la persona más neurótica que jamás me ha hecho una entrevista.
David Blaine: [Risas] ¿Qué escena de película ves una y otra vez en tu mente? Por ejemplo, yo veo a Daniel Day-Lewis en Pozos de Ambición [2007] una y otra vez.
Madonna: Es una gran película. Yo veo Deseando Amar [2000] de Won Kar-wai. La escena a cámara lenta de esa hermosa mujer china que sube y baja repetidas veces la escalera, una y otra y otra vez. Todo lo que aparece en esa película podría reproducirlo en mi cabeza. Esas escenas con los travelín de la cámara cuando está en la habitación con su amante y están comiendo juntos — esa película es tan hermosa, es como una danza. La película de Alain Resnais, El Año Pasado en Marienbad [1961], otra de mis favoritas, fue la película que creó la idea de los movimientos dolly de cámara. [Andrei] Tarkovsky es otro de mis directores favoritos, y hay una gran cantidad de escenas preciosas en sus películas.
David Blaine: ¿Hay alguna escena en la que el actor haga un monólogo…?
Madonna: ¡Ah, te refieres a la actuación! Creía que te referías al trabajo con la cámara. No puedo pensar en una escena en concreto, pero cualquier cosa que haga Al Pacino como Michael Corleone en las películas de El Padrino.
David Blaine: O John Cazale sentado en la silla y gritándole a…
Madonna: ¡Eh, no! ¿Quién hace la entrevista, tú o yo? Esa es tu escena. Yo vivo indirectamente a través de Michael Corleone. Me gustaría lidiar con la vida como lo hace él. Cuando le dice a como se llame que se va de pesca. ¡Dios mío! Brillante. O la escena en la que Marlon Brando le habla a su mujer muerta en el ataúd en El Último Tango en París [1972].
David Blaine: “Jodecerdos.” Aparentemente, estaba harto de hacer esa escena, así que empezó a gruñir como un cerdo en su trailer, solo por bromear. Y sale e improvisa esa escena con su esposa, y así es cómo le salió, “Jodecerdos.” Lo que más me gusta de lo que Brando ha dicho, y lo busqué en Google antes de venir, es más o menos así, “Siempre puedes saber cómo de bien va tu carrera basándote en los dientes de la gente.” Lo que decía es que se puede juzgar lo que has hecho basándote en la cantidad de dientes que alguna gente aleatoria, como una azafata de vuelo, te muestra cuando te ven, basándote en cómo de grande es su sonrisa.
Madonna: ¡Qué gracioso!
David Blaine: ¿Hay alguna escena en la que el actor haga un monólogo…?
Madonna: ¡Ah, te refieres a la actuación! Creía que te referías al trabajo con la cámara. No puedo pensar en una escena en concreto, pero cualquier cosa que haga Al Pacino como Michael Corleone en las películas de El Padrino.
David Blaine: O John Cazale sentado en la silla y gritándole a…
Madonna: ¡Eh, no! ¿Quién hace la entrevista, tú o yo? Esa es tu escena. Yo vivo indirectamente a través de Michael Corleone. Me gustaría lidiar con la vida como lo hace él. Cuando le dice a como se llame que se va de pesca. ¡Dios mío! Brillante. O la escena en la que Marlon Brando le habla a su mujer muerta en el ataúd en El Último Tango en París [1972].
David Blaine: “Jodecerdos.” Aparentemente, estaba harto de hacer esa escena, así que empezó a gruñir como un cerdo en su trailer, solo por bromear. Y sale e improvisa esa escena con su esposa, y así es cómo le salió, “Jodecerdos.” Lo que más me gusta de lo que Brando ha dicho, y lo busqué en Google antes de venir, es más o menos así, “Siempre puedes saber cómo de bien va tu carrera basándote en los dientes de la gente.” Lo que decía es que se puede juzgar lo que has hecho basándote en la cantidad de dientes que alguna gente aleatoria, como una azafata de vuelo, te muestra cuando te ven, basándote en cómo de grande es su sonrisa.
Madonna: ¡Qué gracioso!
David Blaine: Creo que ésta de Henry Ford también es importante, “Pensar es el trabajo más duro que existe, que es probablemente por lo que tan pocos se dedican a hacerlo.” Y la razón por la que digo esto es porque cuando te conocí…
Madonna: Hace miles de años.
David Blaine: Fui contigo a un museo y te quedaste con la muestra entera de Edward Hopper para ti. Recuerdo que estabas anotando ideas mientras mirabas las obras. He hecho trabajos manuales que son una locura — he hecho hasta construcción — y te puedo asegurar que me resulta más fácil hacer cualquier acrobacia que calentarme la cabeza pensando cómo voy a hacerlo. Pensar es lo más difícil. Como me decía un amigo cuando era joven, “¿Sabes? Lo que hace Michael Jackson es fácil.” Teníamos unos 10 años. Pero la mayoría de la gente supone que es fácil, porque te lo curras mucho para que parezca que no haces esfuerzo al hacerlo.
Madonna: Pero ese es nuestro trabajo. Estamos en el mundo de crear ilusiones y darle a la gente la habilidad de soñar y que se sientan inspirados o conmovidos. Por lo que no quieres que esa gente vea todo el trabajo que hay detrás. Además a mí me enseñaron que, como bailarina, no importa cuánto sufras, tu cara tiene que estar relajada. Tienes que crear esa ilusión. Es parte de tu trabajo.
David Blaine: ¿Dirías que pensar es la parte más difícil de lo que haces?
Madonna: No. Dormir es la parte más difícil de lo que hago, relajarme después. Dejar que las cosas se vayan. El hecho de pensar no es algo en lo que te pares a pensar. Sucede con naturalidad. Pensar implica muchas cosas. Implica ser un observador. Implica analizar cosas, asimilar lo que te rodea en el mundo y encontrar cómo hacer para que inspire tu trabajo o se convierta en una lección que enseñar a tus hijos; es prestarle atención a los detalles. De eso se trata el pensar: de procesar.
David Blaine: ¿Cuál es la razón por la que es importante tener tiempo?.
Madonna: Ya hemos hablado de eso antes — reservar un tiempo para la oración. El ritual de la oración no es una cosa religiosa tanto como lo es tener un momento ceremonial para agradecer las cosas y no darlas por hecho. Por ejemplo: el hecho de levantarse y que haya aire en tus pulmones; el hecho de que tengas un trabajo; el hecho de que tengas amigos; el hecho de que tengas salud. Vas a hacer algo que te va a reportar alegría. Damos todas estas cosas por hecho. Y, ya sabes, creo que es importante llamar a los ángeles para que vengan a protegerte.
Madonna: Hace miles de años.
David Blaine: Fui contigo a un museo y te quedaste con la muestra entera de Edward Hopper para ti. Recuerdo que estabas anotando ideas mientras mirabas las obras. He hecho trabajos manuales que son una locura — he hecho hasta construcción — y te puedo asegurar que me resulta más fácil hacer cualquier acrobacia que calentarme la cabeza pensando cómo voy a hacerlo. Pensar es lo más difícil. Como me decía un amigo cuando era joven, “¿Sabes? Lo que hace Michael Jackson es fácil.” Teníamos unos 10 años. Pero la mayoría de la gente supone que es fácil, porque te lo curras mucho para que parezca que no haces esfuerzo al hacerlo.
Madonna: Pero ese es nuestro trabajo. Estamos en el mundo de crear ilusiones y darle a la gente la habilidad de soñar y que se sientan inspirados o conmovidos. Por lo que no quieres que esa gente vea todo el trabajo que hay detrás. Además a mí me enseñaron que, como bailarina, no importa cuánto sufras, tu cara tiene que estar relajada. Tienes que crear esa ilusión. Es parte de tu trabajo.
David Blaine: ¿Dirías que pensar es la parte más difícil de lo que haces?
Madonna: No. Dormir es la parte más difícil de lo que hago, relajarme después. Dejar que las cosas se vayan. El hecho de pensar no es algo en lo que te pares a pensar. Sucede con naturalidad. Pensar implica muchas cosas. Implica ser un observador. Implica analizar cosas, asimilar lo que te rodea en el mundo y encontrar cómo hacer para que inspire tu trabajo o se convierta en una lección que enseñar a tus hijos; es prestarle atención a los detalles. De eso se trata el pensar: de procesar.
David Blaine: ¿Cuál es la razón por la que es importante tener tiempo?.
Madonna: Ya hemos hablado de eso antes — reservar un tiempo para la oración. El ritual de la oración no es una cosa religiosa tanto como lo es tener un momento ceremonial para agradecer las cosas y no darlas por hecho. Por ejemplo: el hecho de levantarse y que haya aire en tus pulmones; el hecho de que tengas un trabajo; el hecho de que tengas amigos; el hecho de que tengas salud. Vas a hacer algo que te va a reportar alegría. Damos todas estas cosas por hecho. Y, ya sabes, creo que es importante llamar a los ángeles para que vengan a protegerte.
David Blaine: Tienes que explicármelo.
Madonna: Bueno, es parte del momento ceremonial. La llamada de los ángeles.
David Blaine: ¿Qué quiere decir eso? ¿Qué ángeles? ¿En plan que mi ángel es mi madre?
Madonna: Tu madre va a estar contigo de todos modos. Hay otros ángeles que existen, aparte de tu madre. Mi madre también me protege. Pero no es la única.
David Blaine: ¿Dirías que tu madre es parte de la fuerza impulsora detrás de ti, aunque sea un poco?
Madonna: Bueno, eso es otra cuestión. No estoy segura de que, hasta cierto punto, sí lo es, pero tal vez sea su ausencia la fuerza impulsora.
David Blaine: Pasó a mejor vida cuando eras muy pequeña. ¿Te hizo pensar que la vida es corta?
Madonna: Me obsesioné mucho con la muerte, y la idea de que nunca sabes cuándo llega la muerte, por lo tanto debes hacer tanto como te sea posible todo el rato para sacarle el máximo partido a la vida. Eso sería una fuerza impulsora. Y la muerte fue una gran parte de mi vida mientras crecía. Fui a muchos funerales… Pero te estás saliendo del tema. [Se ríe] Estábamos hablando de Henry Ford. Estábamos pensando en pensar.
David Blaine: Le he pedido a algunos de mis amigos artistas favoritos que propusieran una pregunta. Darren Aronofsky ha preguntado, “¿Crees que las personas son intrínsecamente buenas o malvadas?”
Madonna: Creo que intrínsecamente buenas. Sí. Ya sabes. [Ambos se ríen] Todos somos buenos, intrínsecamente, solo que a veces estamos cubiertos de suciedad y oscuridad, y nuestro trabajo es quitárnoslos de encima, ir eliminando capas para revelar nuestras virtudes.
David Blaine: ¿Cómo han influenciado tus primeros años en Nueva York rodeada de grandes artistas en las decisiones que haces hoy en día en tu arte?
Madonna: Recuerdo hablar con [Haring] y con Basquiat acerca de la importancia de que tu arte sea accesible a la gente. De eso se trataba todo — debería estar disponible para todo el mundo. Era muy importante que Keith pudiera dibujar en el metro y los muros. Y Basquiat solía decirme, “Tienes tanta suerte de hacer música, porque la música se oye a través de la radio en cualquier rincón.” Pensaba que lo que yo hacía era más pop, más conectado con la cultura pop que lo que él hacía. Ni sospechaba que su arte terminaría siendo cultura popular. Pero no es que tuviéramos discusiones series sobre el significado del arte. Los recuerdo hablando de esas cosas.
Madonna: Bueno, es parte del momento ceremonial. La llamada de los ángeles.
David Blaine: ¿Qué quiere decir eso? ¿Qué ángeles? ¿En plan que mi ángel es mi madre?
Madonna: Tu madre va a estar contigo de todos modos. Hay otros ángeles que existen, aparte de tu madre. Mi madre también me protege. Pero no es la única.
David Blaine: ¿Dirías que tu madre es parte de la fuerza impulsora detrás de ti, aunque sea un poco?
Madonna: Bueno, eso es otra cuestión. No estoy segura de que, hasta cierto punto, sí lo es, pero tal vez sea su ausencia la fuerza impulsora.
David Blaine: Pasó a mejor vida cuando eras muy pequeña. ¿Te hizo pensar que la vida es corta?
Madonna: Me obsesioné mucho con la muerte, y la idea de que nunca sabes cuándo llega la muerte, por lo tanto debes hacer tanto como te sea posible todo el rato para sacarle el máximo partido a la vida. Eso sería una fuerza impulsora. Y la muerte fue una gran parte de mi vida mientras crecía. Fui a muchos funerales… Pero te estás saliendo del tema. [Se ríe] Estábamos hablando de Henry Ford. Estábamos pensando en pensar.
David Blaine: Le he pedido a algunos de mis amigos artistas favoritos que propusieran una pregunta. Darren Aronofsky ha preguntado, “¿Crees que las personas son intrínsecamente buenas o malvadas?”
Madonna: Creo que intrínsecamente buenas. Sí. Ya sabes. [Ambos se ríen] Todos somos buenos, intrínsecamente, solo que a veces estamos cubiertos de suciedad y oscuridad, y nuestro trabajo es quitárnoslos de encima, ir eliminando capas para revelar nuestras virtudes.
David Blaine: ¿Cómo han influenciado tus primeros años en Nueva York rodeada de grandes artistas en las decisiones que haces hoy en día en tu arte?
Madonna: Recuerdo hablar con [Haring] y con Basquiat acerca de la importancia de que tu arte sea accesible a la gente. De eso se trataba todo — debería estar disponible para todo el mundo. Era muy importante que Keith pudiera dibujar en el metro y los muros. Y Basquiat solía decirme, “Tienes tanta suerte de hacer música, porque la música se oye a través de la radio en cualquier rincón.” Pensaba que lo que yo hacía era más pop, más conectado con la cultura pop que lo que él hacía. Ni sospechaba que su arte terminaría siendo cultura popular. Pero no es que tuviéramos discusiones series sobre el significado del arte. Los recuerdo hablando de esas cosas.
David Blaine: ¿Andabas con ellos?
Madonna: Siempre. Martin Burgoyne, mi compañero de piso, que también era un artista, Keith Haring y Basquiat. A veces Warhol se solía unir a nosotros, pero Warhol no era demasiado hablador.
David Blaine: Así que estabas rodeada de los mejores artistas del mundo. Fuiste muy por delante de tu tiempo.
Madonna: Bueno, sobreviví. [Risas]
David Blaine: Pero tu conociste esa genialidad antes que los demás la conociesen.
Madonna: Me atraía la gente creativa. No quieres ser la persona más inteligente de la habitación; quieres ser el más tonto de la habitación. Quieres estar rodeada de otras personas que piensan, que van a decir algo que te haga pensar, “Oh, Dios mío, eso es una idea increíble. ¿Por qué no pensé en eso?.” Y de alguna manera nos encontramos el uno al otro en Manhattan. Eso es la locura. Nos encontramos el uno al otro y conectamos entre nosotros y nos movíamos por la ciudad juntos. Ellos apoyaron mis espectáculos. Yo apoyé los suyos. Éramos una unidad. Y yo ni siquiera sé cómo sucedió. Sólo sucedió.
David Blaine: ¿Has aprendido mucho de ellos?
Madonna: Estaban increíblemente dedicados a su trabajo. Quiero decir, Basquiat fue mi novio por un tiempo, y me acuerdo que me levantaba en mitad de la noche y él no solía estar en la cama tumbado a mi lado; estaba levantado, pintando, a las cuatro de la mañana, pegado al lienzo, en trance. Eso me dejaba asombrada, que trabajara cuando se sentía inspirado. Y daban trabajo a todo el mundo. Keith se reunía con los niños en la calle y les pedía que viniesen a estirar sus lienzos para él. Basquiat tenía todos los bailarines de breake dance y a un montón de artista de graffiti en su loft. Lo regalaba todo constantemente. Creo que se sentían culpables de haber alcanzado el éxito y estar rodeados de gente que estaba sin dinero, por lo que compartían lo que tenían. Eran personas increíblemente generosas, y esto me contagió a mí. Te sientes inspirada por esa manera de actuar. Yo nunca podría trabajar en un estudio de grabación donde tienes esta hermosa vista y una playa y las olas que se estrellan. Para mí, lo que funciona es estar en una habitación pequeña, con pequeñas ventanas. Es casi como si tuvieras que estar en una prisión. Y puedes crear belleza cuando estás en ese tipo de ambiente de privación, lo cual es una recreación de tus años de formación.
Madonna: Siempre. Martin Burgoyne, mi compañero de piso, que también era un artista, Keith Haring y Basquiat. A veces Warhol se solía unir a nosotros, pero Warhol no era demasiado hablador.
David Blaine: Así que estabas rodeada de los mejores artistas del mundo. Fuiste muy por delante de tu tiempo.
Madonna: Bueno, sobreviví. [Risas]
David Blaine: Pero tu conociste esa genialidad antes que los demás la conociesen.
Madonna: Me atraía la gente creativa. No quieres ser la persona más inteligente de la habitación; quieres ser el más tonto de la habitación. Quieres estar rodeada de otras personas que piensan, que van a decir algo que te haga pensar, “Oh, Dios mío, eso es una idea increíble. ¿Por qué no pensé en eso?.” Y de alguna manera nos encontramos el uno al otro en Manhattan. Eso es la locura. Nos encontramos el uno al otro y conectamos entre nosotros y nos movíamos por la ciudad juntos. Ellos apoyaron mis espectáculos. Yo apoyé los suyos. Éramos una unidad. Y yo ni siquiera sé cómo sucedió. Sólo sucedió.
David Blaine: ¿Has aprendido mucho de ellos?
Madonna: Estaban increíblemente dedicados a su trabajo. Quiero decir, Basquiat fue mi novio por un tiempo, y me acuerdo que me levantaba en mitad de la noche y él no solía estar en la cama tumbado a mi lado; estaba levantado, pintando, a las cuatro de la mañana, pegado al lienzo, en trance. Eso me dejaba asombrada, que trabajara cuando se sentía inspirado. Y daban trabajo a todo el mundo. Keith se reunía con los niños en la calle y les pedía que viniesen a estirar sus lienzos para él. Basquiat tenía todos los bailarines de breake dance y a un montón de artista de graffiti en su loft. Lo regalaba todo constantemente. Creo que se sentían culpables de haber alcanzado el éxito y estar rodeados de gente que estaba sin dinero, por lo que compartían lo que tenían. Eran personas increíblemente generosas, y esto me contagió a mí. Te sientes inspirada por esa manera de actuar. Yo nunca podría trabajar en un estudio de grabación donde tienes esta hermosa vista y una playa y las olas que se estrellan. Para mí, lo que funciona es estar en una habitación pequeña, con pequeñas ventanas. Es casi como si tuvieras que estar en una prisión. Y puedes crear belleza cuando estás en ese tipo de ambiente de privación, lo cual es una recreación de tus años de formación.
David Blaine: Acabo de escuchar la canción “Devil Prays” [del próximo álbum de Madonna], y es jodidamente increíble. No es como si fueses consumidora de drogas, pero hablas del consumo de drogas y de todo ese mundillo…
Madonna: Bueno, no, trata de cómo las personas toman drogas para conectar con Dios o con un nivel superior de conciencia. Sigo diciendo, “Conectarse a la matriz.” Si te colocas, puedes hacerlo, por eso mucha gente cae en el ácido o se droga, porque quieren estar más cerca de Dios. Pero al final habrá un cortocircuito, y ésa es la ilusión de las drogas, porque te dan la ilusión de acercarte a Dios, pero en última instancia, te matan. Te destruyen. Quiero decir, lo he probado todo alguna vez que otra, pero en cuanto estaba colocada, me dedicaba a beber toneladas de agua para sacarlo de mi sistema. En cuanto estaba colocada, estaba obsesionada con enjuagarme y echarlo fuera de mí. [Blaine se ríe] Estaba en plan, “Bueno, ya he terminado.”
David Blaine: ¿Esa canción está escrita a alguien en particular?
Madonna: No, simplemente quise compartir mis experiencias y que hay diferentes maneras de conectarse a un nivel superior de conciencia y que ése es un truco del diablo. Es una ilusión.
David Blaine: Así que cuando escribes ese tipo de canción, ¿te sientas tú sola?
Madonna: No, estoy trabajando con un músico. Él comienza a tocar una guitarra, y las ideas empiezan a llegarme. Tengo un ordenador en el regazo. Empiezo a escribir letras, y me pongo a pensar en una melodía. Y luego lo intento compartir y digo: “¿Qué pensáis, chicos?” Todo el mundo la tararea. Me gusta ver las palabras escritas; me inspira. La poesía, la lectura, el lenguaje, jugar con las palabras — teniendo compositores talentosos a tu alrededor, desarrolláis juntos un entendimiento innato de lo que es el buen sonido. En verdad no pienso en eso, si te digo la verdad. Disfruto escuchando música, leyendo libros, viendo películas. El arte de otras personas me inspira. No sería nada sin el arte de otras personas.
Madonna: Bueno, no, trata de cómo las personas toman drogas para conectar con Dios o con un nivel superior de conciencia. Sigo diciendo, “Conectarse a la matriz.” Si te colocas, puedes hacerlo, por eso mucha gente cae en el ácido o se droga, porque quieren estar más cerca de Dios. Pero al final habrá un cortocircuito, y ésa es la ilusión de las drogas, porque te dan la ilusión de acercarte a Dios, pero en última instancia, te matan. Te destruyen. Quiero decir, lo he probado todo alguna vez que otra, pero en cuanto estaba colocada, me dedicaba a beber toneladas de agua para sacarlo de mi sistema. En cuanto estaba colocada, estaba obsesionada con enjuagarme y echarlo fuera de mí. [Blaine se ríe] Estaba en plan, “Bueno, ya he terminado.”
David Blaine: ¿Esa canción está escrita a alguien en particular?
Madonna: No, simplemente quise compartir mis experiencias y que hay diferentes maneras de conectarse a un nivel superior de conciencia y que ése es un truco del diablo. Es una ilusión.
David Blaine: Así que cuando escribes ese tipo de canción, ¿te sientas tú sola?
Madonna: No, estoy trabajando con un músico. Él comienza a tocar una guitarra, y las ideas empiezan a llegarme. Tengo un ordenador en el regazo. Empiezo a escribir letras, y me pongo a pensar en una melodía. Y luego lo intento compartir y digo: “¿Qué pensáis, chicos?” Todo el mundo la tararea. Me gusta ver las palabras escritas; me inspira. La poesía, la lectura, el lenguaje, jugar con las palabras — teniendo compositores talentosos a tu alrededor, desarrolláis juntos un entendimiento innato de lo que es el buen sonido. En verdad no pienso en eso, si te digo la verdad. Disfruto escuchando música, leyendo libros, viendo películas. El arte de otras personas me inspira. No sería nada sin el arte de otras personas.
David Blaine: ¿De dónde más sacas material?
Madonna: Mis hijos. Cosas que dicen. Por ejemplo, mi hijo vino al estudio el otro día y me dijo que no quería volver a casa. Le dije: “No, tienes que ir a casa; es hora de dormir. “Y él dijo:” Mamá, siento como si estuviera aislado de tu corazón.” [Blaine se ríe] Yo estaba en plan, “¡Vaya! ¡Qué verso más bueno! Tengo que usarlo.” Lo saco de todas partes, arriba y abajo. Tienes que estar abierto a todo. El sufrimiento es un gran confidente, un gran catalizador para la creación. Coges tu tristeza, tu desesperación, tu sentido de la injusticia, y lo pones en tu trabajo.
David Blaine: ¿Es más fácil escribir cuando estás triste o cuando eres feliz?
Madonna: Triste. [Risas] Por desgracia. Pero está bien, porque estoy triste la mayor parte del tiempo, así que estamos bien. No triste, pero molesta por algo.
David Blaine: ¿Escogemos otra carta? Si pudieras volver atrás y hablar contigo misma a los 7 años, ¿qué te dirías? ¿Qué edad tenías cuando tu madre falleció?
Madonna: Seis.
David Blaine: Bien, así que, en esa época. ¿Qué le dirías a ella?
Madonna: “Toda esta mierda va a mejorar.” [Risas] En ese momento, tenía estaba obsesionada con estar enferma, y estaba constantemente manifestando síntomas. Le diría, “Todo va a salir bien.” Me diría a mí misma: “El hormigueo en tu corazón no significa que tengas cáncer. Esta vida será larga, y el mundo se mostrará poco a poco ante ti, y serás capaz de realizar tus sueños, y te encontrarás con gente que serán maestros y guías en el camino, y encontrarás figuras maternas en otras áreas de su vida, por lo que no te desesperes.”
David Blaine: Eso es cojonudo. [Madonna se ríe] Bueno. Siguiente carta. ¿Y qué ocurriría si despertaras un día y la música no significara nada para ti?
Madonna: Eso es imposible. Pero seguramente encontraría algo que tuviese sentido. Ese es el tipo de chica que soy. Encontraría cualquier otra cosa.
Madonna: Mis hijos. Cosas que dicen. Por ejemplo, mi hijo vino al estudio el otro día y me dijo que no quería volver a casa. Le dije: “No, tienes que ir a casa; es hora de dormir. “Y él dijo:” Mamá, siento como si estuviera aislado de tu corazón.” [Blaine se ríe] Yo estaba en plan, “¡Vaya! ¡Qué verso más bueno! Tengo que usarlo.” Lo saco de todas partes, arriba y abajo. Tienes que estar abierto a todo. El sufrimiento es un gran confidente, un gran catalizador para la creación. Coges tu tristeza, tu desesperación, tu sentido de la injusticia, y lo pones en tu trabajo.
David Blaine: ¿Es más fácil escribir cuando estás triste o cuando eres feliz?
Madonna: Triste. [Risas] Por desgracia. Pero está bien, porque estoy triste la mayor parte del tiempo, así que estamos bien. No triste, pero molesta por algo.
David Blaine: ¿Escogemos otra carta? Si pudieras volver atrás y hablar contigo misma a los 7 años, ¿qué te dirías? ¿Qué edad tenías cuando tu madre falleció?
Madonna: Seis.
David Blaine: Bien, así que, en esa época. ¿Qué le dirías a ella?
Madonna: “Toda esta mierda va a mejorar.” [Risas] En ese momento, tenía estaba obsesionada con estar enferma, y estaba constantemente manifestando síntomas. Le diría, “Todo va a salir bien.” Me diría a mí misma: “El hormigueo en tu corazón no significa que tengas cáncer. Esta vida será larga, y el mundo se mostrará poco a poco ante ti, y serás capaz de realizar tus sueños, y te encontrarás con gente que serán maestros y guías en el camino, y encontrarás figuras maternas en otras áreas de su vida, por lo que no te desesperes.”
David Blaine: Eso es cojonudo. [Madonna se ríe] Bueno. Siguiente carta. ¿Y qué ocurriría si despertaras un día y la música no significara nada para ti?
Madonna: Eso es imposible. Pero seguramente encontraría algo que tuviese sentido. Ese es el tipo de chica que soy. Encontraría cualquier otra cosa.
David Blaine: La pregunta de JR es, “¿Crees que los artistas pueden convertirse en líderes?”
Madonna: Creo que lo son. Bob Marley fue un líder, por ejemplo. Bono es un líder. Algunos artistas no quieren asumir tal postura y no quieren ser demasiado políticos en su trabajo, pero creo que algunas personas quieren y lo consiguen. Creo que Maya Angelou fue una político y una líder, y John Lennon, James Baldwin,… sólo para nombrar unos pocos.
David Blaine: Otro artista al que le pregunté si quería aportar una pregunta para ti es Edward Norton. Él pregunta: “¿Hay un camino alternativo a la vida que has elegido que crees que te habría hecho feliz?”
Madonna: Ser maestra de escuela.
David Blaine: Esto es lo que era mi madre.
Madonna: Puede que yo sea tu madre en un universo paralelo.
David Blaine: Creo que es la profesión más importante que existe.
Madonna: Estoy de acuerdo.
David Blaine: Esto responde a la siguiente pregunta, que es, ¿cuál es la profesión más importante?
Madonna: La prostitución, por su puesto. [Ambos se ríen]
Madonna: Creo que lo son. Bob Marley fue un líder, por ejemplo. Bono es un líder. Algunos artistas no quieren asumir tal postura y no quieren ser demasiado políticos en su trabajo, pero creo que algunas personas quieren y lo consiguen. Creo que Maya Angelou fue una político y una líder, y John Lennon, James Baldwin,… sólo para nombrar unos pocos.
David Blaine: Otro artista al que le pregunté si quería aportar una pregunta para ti es Edward Norton. Él pregunta: “¿Hay un camino alternativo a la vida que has elegido que crees que te habría hecho feliz?”
Madonna: Ser maestra de escuela.
David Blaine: Esto es lo que era mi madre.
Madonna: Puede que yo sea tu madre en un universo paralelo.
David Blaine: Creo que es la profesión más importante que existe.
Madonna: Estoy de acuerdo.
David Blaine: Esto responde a la siguiente pregunta, que es, ¿cuál es la profesión más importante?
Madonna: La prostitución, por su puesto. [Ambos se ríen]
David Blaine: ¿Cuál es tu característica física favorita en un hombre?
Madonna: Los ojos, y después sus manos.
David Blaine: La NASA puso algo en el espacio exterior que se llama Voyager 1, y está lleno de todo tipo de archivos humanos, cosas que, si en mil millones de años, no existiera el mundo, todavía estaría flotando por ahí, para que alguna otra vida inteligente lo pudiese descubrir . ¿Qué reliquias de la humanidad hubieras puesto en el Voyager?
Madonna: La música de Chopin. Agua, porque el agua es misericordiosa, y no se puede vivir sin agua.
David Blaine: ¿En qué pondrías el agua?
Madonna: En una botella que dijera “agua bendita”. [Ambos se ríen] Un trozo del Antiguo Testamento. Un tablero de ajedrez con sus piezas. Algo con lo que escribir: papel en blanco y una pluma estilográfica con tinta.
David Blaine: ¿Qué es lo último que alguien te enseñó?
Madonna: He aprendido a surfear este verano. Fue muy duro. Me levanté. Cabalgué una ola.
David Blaine: Eso debe ser difícil para ti, porque te debe resultar difícil fallar. Siempre has sido vista como que alcanzas el éxito, ¿no?
Madonna: Sí. Pero cada vez que hago mis shows, aprendo una nueva habilidad. Siempre tengo que hacer algo que nunca he hecho antes. Por ejemplo, la última vez que salí de gira, tuve que aprender a hacer slackline, fue una pesadilla, porque no haces más que caerte y tienes que seguir levantándote de nuevo, cayéndote, aprendiendo a equilibrarte. Es muy duro.
Madonna: Los ojos, y después sus manos.
David Blaine: La NASA puso algo en el espacio exterior que se llama Voyager 1, y está lleno de todo tipo de archivos humanos, cosas que, si en mil millones de años, no existiera el mundo, todavía estaría flotando por ahí, para que alguna otra vida inteligente lo pudiese descubrir . ¿Qué reliquias de la humanidad hubieras puesto en el Voyager?
Madonna: La música de Chopin. Agua, porque el agua es misericordiosa, y no se puede vivir sin agua.
David Blaine: ¿En qué pondrías el agua?
Madonna: En una botella que dijera “agua bendita”. [Ambos se ríen] Un trozo del Antiguo Testamento. Un tablero de ajedrez con sus piezas. Algo con lo que escribir: papel en blanco y una pluma estilográfica con tinta.
David Blaine: ¿Qué es lo último que alguien te enseñó?
Madonna: He aprendido a surfear este verano. Fue muy duro. Me levanté. Cabalgué una ola.
David Blaine: Eso debe ser difícil para ti, porque te debe resultar difícil fallar. Siempre has sido vista como que alcanzas el éxito, ¿no?
Madonna: Sí. Pero cada vez que hago mis shows, aprendo una nueva habilidad. Siempre tengo que hacer algo que nunca he hecho antes. Por ejemplo, la última vez que salí de gira, tuve que aprender a hacer slackline, fue una pesadilla, porque no haces más que caerte y tienes que seguir levantándote de nuevo, cayéndote, aprendiendo a equilibrarte. Es muy duro.
David Blaine: ¿Es difícil fracasar delante de la gente con la que estás trabajando?
Madonna: No estoy diciendo que se me de bien fracasar, pero si eres un artista y estás en el proceso de aprendizaje, tienes que aceptar que tienes algunas cosas se te van a dar como el culo y aprender. Yo monto a caballo, y después de no montar por un tiempo, siempre le digo a mi instructor de equitación, “Está bien, trátame como a una principiante. No quiero saltar. No quiero hacer nada extravagante. Sólo quiero fingir que soy una principiante.” Y no me juzgo a mí misma. Si me equivoco, yo ya estoy mentalizada a que se me va a dar fatal. Mis niños me motivan a hacer un montón de cosas que normalmente no haría. He surfeado porque mi hijo me insistió muchísimo. Esquío porque mis hijos me seguían insistiendo. Y yo digo: “Bueno, ¿por qué no? Esto también se me va a dar fatal, así que está bien.” Estoy bien así.
David Blaine: Así que eres buena aceptando el fracaso y superándolo.
Madonna: En determinadas áreas. [Se ríe] El fracaso es un desafío. El fracaso es una invitación.
David Blaine: ¿Dirías que te comportas así con todo?
Madonna: Si conecto con ello, sí. No me gusta hacer de todo. Por ejemplo, se me da de pena cocinar. [Se ríe] No me siento inspirada para seguir cocinando. Si tuviera que hacerlo para sobrevivir, lo haría.
David Blaine: ¿Aceptas alguna vez un no por respuesta?. ¿Alguien te ha dicho alguna vez que no?
Madonna: No estoy diciendo que se me de bien fracasar, pero si eres un artista y estás en el proceso de aprendizaje, tienes que aceptar que tienes algunas cosas se te van a dar como el culo y aprender. Yo monto a caballo, y después de no montar por un tiempo, siempre le digo a mi instructor de equitación, “Está bien, trátame como a una principiante. No quiero saltar. No quiero hacer nada extravagante. Sólo quiero fingir que soy una principiante.” Y no me juzgo a mí misma. Si me equivoco, yo ya estoy mentalizada a que se me va a dar fatal. Mis niños me motivan a hacer un montón de cosas que normalmente no haría. He surfeado porque mi hijo me insistió muchísimo. Esquío porque mis hijos me seguían insistiendo. Y yo digo: “Bueno, ¿por qué no? Esto también se me va a dar fatal, así que está bien.” Estoy bien así.
David Blaine: Así que eres buena aceptando el fracaso y superándolo.
Madonna: En determinadas áreas. [Se ríe] El fracaso es un desafío. El fracaso es una invitación.
David Blaine: ¿Dirías que te comportas así con todo?
Madonna: Si conecto con ello, sí. No me gusta hacer de todo. Por ejemplo, se me da de pena cocinar. [Se ríe] No me siento inspirada para seguir cocinando. Si tuviera que hacerlo para sobrevivir, lo haría.
David Blaine: ¿Aceptas alguna vez un no por respuesta?. ¿Alguien te ha dicho alguna vez que no?
Madonna: Lo hacen todo el tiempo. Pero, sí, ¿cómo vamos a convertir el no en un sí?, o ¿cómo voy a conseguir lo que quiero, a pesar del hecho de que me dieron un no?, o ¿cómo puedo hacer que ese no se vuelva en mi favor? O, vale, voy a aceptar este rechazo y voy a buscar otra manera de hacerlo. Quiero decir, los “nos” son tan valiosos como los “síes” en el juego de la vida. De hecho, son esenciales. [Se vuelve hacia sus representantes que están en la sala] No os hagais ilusiones, chicos. Voilà.
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